¿ Por qué es difícil aprender un idioma y cómo os sorteáis estas dificultades ?
Ingrid
¿ Quién no se ha sentido desanimado a la hora de aprender una lengua extranjera en la edad adulta ?
Todo es nuevo al principio, memorizar el vocabulario es difícil, construir una frase requiere mucha energía, no podéis haceros entender (dificultades de pronunciación), no entendéis os mismo lo que la gente dice (vuestro oído no percibe todos los sonidos).
Incluso en inmersión, después de todo un día escuchando una lengua extranjera, por la noche, os duele la cabeza y podéis sentir un sentimiento de rechazo hacia la lengua meta.
Veremos juntos cuáles son las principales dificultades que puedes encontrar, cómo sortearlas y qué consejos aplicar para optimizar tu aprendizaje.
El error de intentar ir demasiado rápido:
La frustración es una de las dificultades del aprendizaje de una lengua extranjera. Pensar que se puede aprender un idioma perfectamente en pocos meses es una fuente de decepción. El aprendizaje de una lengua requiere un esfuerzo regular, curiosidad y, sobre todo, tiempo para asimilar sus mecanismos y su vocabulario. Como en todo aprendizaje, hay que fijarse objetivos concretos y alcanzables. Por ejemplo, podéis poneros como objetivo presentaros a vuestros nuevos compañeros o hacer preguntas sencillas a alguien a quien os gustaría conocer mejor, o preguntar la hora en la calle.
Querer hacer demasiado es también una barrera para el aprendizaje. Si intentáis aprender «demasiado» o «demasiado perfectamente», vuestro cerebro se saturará rápidamente y no podréis memorizar nada. Por esta razón, los niños, que tienen un enfoque más intuitivo y espontáneo que los adultos, tienen ventaja y progresan más rápidamente. Para remediarlo, debéis aceptar que no todo será perfecto al principio, ni en la sintaxis, ni en vuestra pronunciación o comprensión. No importa, mejoraréis a vuestro propio ritmo y obtendréis más satisfacción.
Además, si tenéis la impresión de estar estancado, no os preocupéis, es normal, vuestro cerebro necesita descansar para integrar y memorizar lo que acabáis de aprender durante mucho tiempo. En este caso, aprovechad este tiempo para escuchar vídeos sobre temas que os interesan o para crear fichas. Cada pequeño esfuerzo que hagáis será recompensado.
Paralelismos entre lenguas
Entre todas las lenguas que existen, ¿no os parecen algunas más asequibles que otras? ¿No habéis sentido nunca que entendéis instintivamente una lengua mejor que otra? ¿Qué pasa con las lenguas que se pueden entender sin saber hablarlas, sin haberlas estudiado?
Las investigaciones del Instituto Donders y del Instituto Max Planck sobre psicolingüística revelan que a nuestro cerebro le gustan las similitudes entre las lenguas y siempre intentará entender la lengua de destino según su propio sistema. Cuanto más se acerque a nuestra lengua materna u a otra conocida, más la entenderá nuestro cerebro y la hará suya.
En otras palabras, cuanto más parecida sea la lengua de destino a vuestra lengua materna, más fácil os resultará aprenderla. En unos minutos, una confusión gramatical de la que no teníais ni idea puede aclararse y volverse familiar. De ahí la importancia de contar con un profesor que sepa establecer paralelismos entre las lenguas.
Establecer objetivos razonables
El tiempo es a menudo lo que más falta hace cuando uno se embarca en un nuevo aprendizaje. ¿Cómo os las arregláis para pasar el tiempo cuando ya tenéis poco tiempo antes de empezar la nueva formación? Por lo tanto, después de una semana ya muy ajetreada, llegáis al fin de semana sin haber tenido tiempo de practicar y, sintiéndoos arrepentidos, os ponéis en marcha en 2 horas de práctica intensiva y luego, cansados, dejáis la enseñanza y sólo volvéis a la semana siguiente. Como resultado, vuestro cerebro no tiene tiempo de digerir lo que ha aprendido intensamente y la falta de práctica a la semana siguiente os condena a olvidarlo todo.
Es mejor dedicar 30 minutos al día, o incluso menos, si no tenéis tiempo. La regularidad se paga más que la cantidad.
Utilizar diferentes combinaciones de palabras para practicar el vocabulario
¿ Cuántas palabras utilizáis a diario en vuestra lengua materna ?
La mayoría de las personas se expresan con 5.000 palabras al día. Sin embargo, especialmente cuando se empieza a aprender un idioma, sólo 500 o incluso 400 palabras son suficientes para hacerse entender en la vida cotidiana. Esta cifra ridículamente baja es bastante alentadora cuando se empieza a aprender una lengua extranjera. Significa que con unas pocas palabras ya podéis expresaros correctamente si sabéis cómo juntarlas.
En este sentido, el aprendizaje de una lengua extranjera difiere poco del aprendizaje de una danza. Aprender pasos no hace a un buen bailarín. Es la asociación de los pasos entre sí, en armonía con la música y la pareja lo que da sentido a la danza. Lo mismo ocurre con la lengua. Desde el principio, después de unas pocas lecciones, ya tenéis un vocabulario más rico de lo que creéis. Depende de vosotros crear diferentes combinaciones de palabras y frases. Si cometéis errores de sintaxis, no importa, lo importante es empezar. Además, la satisfacción que obtendréis tras crear vuestras propias frases os motivará a seguir adelante.
Un pequeño consejo de amigo
Exponeos al máximo a la lengua que estáis estudiando. Cambiad el idioma de vuestras cuentas de redes sociales, del ordenador y del teléfono. Descargados películas, escuchad música y podcasts, leed novelas y revistas, ve documentales y preparad recetas extranjeras.
Divertíos con vuestro acento. ¿Creéis que tenéis un mal acento y os parece feo, ridículo e incomprensible? Los nativos, en cambio, lo encontrarán encantador, exótico, bonito…